La Astrología es percepción, no un saber. Es una forma de mirar la realidad diferente a cómo nos enseñaron. Es un cambio de paradigma que nos permite reflexionar acerca de la gran variedad de energías que nos habitan, y es ahí, en la aceptación de esa contradicción, que sentimos un gran alivio.

La astrología humanista abre una mirada integradora y simbólica de nuestras energías natales (el código que se imprimió el día y hora de nuestro nacimiento). Investiga la relación que existe entre el cielo y los seres humanos como parte de la misma red energética, es decir, intenta traducir las energías de la carta en experiencias humanas de vida, y posibilidades creativas de despliegue.

No busca adivinar el pasado o predecir el futuro, ni anticipar lo que va a suceder; sino explorar todas las energías de la carta, y cómo se comunican, ya que algunas quedan, muchas veces, relegadas al inconsciente.